Atender niños es sólo la mitad (o menos) del oficio y la profesión del pediatra. Las mamás y las abuelas son quienes llevan la mayor parte del cuidado de los niños porque aunque los papás estamos, la abrumadora mayoría de las veces son ellas quienes los llevan a consulta, los cuidan en la noche, les bajan la fiebre, les dan de comer, cambian los pañales, limpian el vómito, les dan la mamila, y se encargan de dales las medicinas que les mandamos, de alimentarlos como recomendamos, etc, etc. Al final del día son ellas las que nos proporcionan la información, nosotros recomendamos y/o prescribimos y nuevamente ellas se encargan -o no, si no las convencimos- de llevar el tratamiento a cabo.
Las hay trabajadoras y hogareñas, tranquilas y ansiosas (histéricas es un término muy fuerte, pero a veces dan ganas de usarlo), cuidadosas y descuidadas, inquisitivas, cariñosas, combativas, afables y con muchas otras cualidades. Las hay con más vocación que otras pero siempre llenas de amor para sus hijos.
En un día lleno de lugares comunes, clichés, exageraciones y memes con Carmen Salinas como protagonista, reconozco a las mamás que me han enseñado tanto, empezando por mi propia madre, mi esposa, mis hermanas y las mamás de mis pacientes. Un gran abrazo para todas.
Dr. Miguel Ángel Guagnelli
Imágen: «El niño enfermo» de Pedro Lira, Santiago de Chile, 1902
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